CRECIMIENTO Y DESARROLLO
La adolescencia es el tiempo entre el comienzo de la maduración sexual (pubertad) y el inicio de la adultez. Acorde con la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente de Venezuela (Art. 2), “se entiende por adolescente toda persona con doce años o más y menos de dieciocho años de edad”. La adolescencia incluye tanto el crecimiento físico como el mundo de cambios emocionales, psicológicos y mentales del ser. La maduración psicológica ocurre en la medida en que se adquiere un comportamiento de adulto. Durante este período se espera que el adolescente sea capaz de una respuesta y de un comportamiento de adulto. La adolescencia es un período de múltiples transiciones. Durante esos años los adolescentes experimentan cambios en su desarrollo físico a una velocidad sin paralelos desde la infancia. El desarrollo físico incluye una rápida ganancia de peso y talla. Durante un año de crecimiento, los muchachos y muchachas pueden ganar un promedio de 10.4 cm y 8.9 cm en estatura, respectivamente. Esta aceleración típicamente ocurre dos años antes en la muchachas. La ganancia de peso resulta del aumento de masa muscular en los varones y de grasa corporal en las hembras.
Las hormonas juegan dos papeles diferentes en el desarrollo de los adolescentes, un papel organizacional y un papel “activacional”. El primero es la habilidad que tienen las hormonas de generar patrones diferentes de comportamiento en el cerebro de los y las adolescentes. Ya, en la edad prenatal, las hormonas organizan el cerebro de una manera diferente. El papel “activacional” consiste en la habilidad para iniciar las modificaciones relacionadas con la pubertad y la diferenciación entre varones y hembras. Durante y justo antes de la pubertad, el hipotálamo detiene la inhibición de los factores capaces de iniciar la pubertad y comienza a producir sustancias que ponen la pubertad en movimiento. La primera señal comienza con un aumento de concentraciones de leptina, una proteína producida por los adipocitos del tejido graso. El hipotálamo, a su vez, estimula la hipófisis para promover la secreción de hormonas capaces de promover el crecimiento corporal como un todo y la maduración de las gonadas, así como la corteza suprarrenal y la tiroides. Los científicos sugieren que la maduración suprarrenal está envuelta en el fenómeno de la atracción sexual.
Las concentraciones de hormonas son debidas a la activación glandular que es controlada por varios mecanismo de retroalimentación (“feed-back”).
El desarrollo de las características sexuales primarias incluye la subsiguiente maduración de las gonadas, los testículos en los muchachos, y de los ovarios en la muchachas. En ambos sexos, la regulación hormonal de la reproducción es controlada por el cerebro. Hasta las ocho semanas de gestación, el cerebro es organizado en una dirección femenina independientemente del género del feto. Sucesivamente, la testosterona, por ejemplo, organiza el cerebro del varón en patrones de conducta, muchos de los cuales puede que no aparezcan hasta mucho más tarde. La hormona liberadora de gonadotropina hipotalámica (GnRH) controla la liberación a la vez de la hormona luteinizante (LH) y de la hormona estimulante del folículo (FSH). LH actúa primariamente sobre las células endocrinas de las gonadas. Ambos sexos producen andrógenos y estrógenos.
Testosterona, el andrógeno principal producido en los testículos es convertido a dihidrotestosterona (DHT) en muchos tejidos. Estradiol, el estrógeno femenino principal, es generado, y esto no es una paradoja, sino un “plan” o un “designio”, por acción de la enzima aromatasa (muy “femenina” ella). Tanto los ovarios como los testículos producen hormonas peptídicas que ejercen efectos de retroalimentación sobre la hipófisis. Las inhibinas son hormonas que inhiben la secreción de FSH así como la espermatogénesis, la maduración del oocito. Los niños, tanto hembras como varones, con deficiencia de GnRH no madurarán en ausencia de estimulación por la gonadotropina debido a los valores más bajos de estrógenos y andrógenos.
Las características sexuales secundarias pueden ser consideradas como marcas que dan al individuo una ventaja sobre sus “rivales “ durante el “cortejo”. En la pubertad, el cambio de niveles hormonales juega un papel en la activación de las características sexuales secundarias. Estas incluyen: (1) crecimiento del vello pubiano; (2) crecimiento de los senos en las niñas; (3) menarquia (primer período menstrual en las niñas); o del crecimiento del pene (en los niños); (4) cambios de voz (en los varones); (5) crecimiento del vello axilar (en los niños); (6) eyaculaciones nocturnas (en los niños) y (7) incremento en la producción grasa, aumento en la actividad de las glándulas sudoríparas, y el comienzo del acné.
El crecimiento es categorizado en un rango usado por los pediatras para seguir cuánto un niño o niña está creciendo. (la Escala de Tanner que permite estimar el desarrollo fisiológico de la edad para fines médicos, educativos, y de deporte, identificando aquellos que “maduran” tardíamente, no está diseñada para estimar la edad cronológica de los niños o niñas).
El crecimiento no solo envuelve el peso y la estatura corporal, sino que incluye también el crecimiento interno y el desarrollo, incluyendo el cerebro. El crecimiento también afecta diferentes partes del cuerpo a diferentes velocidades, lo cual es ostensible en el caso del tamaño de la cabeza. A través de la infancia, el cuerpo infantil se torna más proporcionado que otras partes del cuerpo de ella o de él. El crecimiento se completa entre las edades de 16 y 18, tiempo en el cual el crecimiento se detiene y los huesos se consolidan. Aunque un niño puede estar creciendo, el patrón de él o de ella puede desviarse de lo normal. En último caso, el niño o niña deben crecer y tener una estatura normal al alcanzar la edad adulta. Los adolescentes a menudo duermen más. La investigación sugiere que los adolescentes necesitan más sueño a fin de permitir que sus cuerpos conduzcan el “trabajo interno” para mantener tan rápido crecimiento. En promedio, los adolescentes necesitan cerca de 9.5 horas de sueño nocturno.
El cerebro adolescente no se desarrolla completamente sino hasta la adolescencia tardía. Los estudios sugieren que las conexiones entre neuronas que afectan las habilidades físicas, emocionales y mentales son incompletas. Esto bien podría explicar por qué algunos adolescentes parecen ser inconsistentes en el control de sus emociones, de sus impulsos, y juicios. Los avances en cuanto al pensamiento pueden ser divididos en varias áreas, incluyendo el desarrollo de las destrezas para razonar, así como la formulación y la comprobación de hipótesis, demostrando acuerdos o desacuerdos, cuestionamientos, dando ejemplos, y haciendo distinciones y conexiones. Las destrezas de razonamiento avanzado incluyen la habilidad para el pensamiento lógico acerca de múltiples opciones. Ello incluye la habilidad para pensar hipotéticamente. Los adolescentes también desarrollan destrezas de pensamiento abstracto. El pensamiento abstracto incluye la fe, creencias y espiritualidad. Adicionalmente, los adolescentes desarrollan la habilidad de la “meta-cognición”. “Meta-cognición” es la conciencia del propio pensamiento individual que envuelve la habilidad para pensar acerca de cómo uno es percibido por los otros. La “meta-cognición” envuelve estrategias que son genuinamente transferibles y que pueden, por tanto, ser aplicadas en diferentes medios, lo que a su vez resulta en una habilidad aumentada para el aprendizaje.
Los adolescentes demuestran poseer un elevado nivel de autoconciencia. Ellos tienden a creer que cada uno está involucrado con sus pensamientos y comportamientos en la misma medida en que ellos se encuentran. Esto conduce a los adolescentes a creer que poseen una especie de “audiencia imaginaria” de las personas que siempre están mirándolos. Los adolescentes tienden a creer que jamás ninguno ha experimentado alguna vez tan fuertes sentimientos y emociones. Los adolescentes tienden a exhibir una orientación hacia la “justicia”. Ellos con rapidez señalan las inconsistencias entre las palabras de los adultos y sus acciones. Ellos tiene dificultades para distinguir las distintas sombras del gris. Ellos encuentran poco espacio para el error.
Hay cuatro temas psicosociales reconocidos que normalmente tiene lugar durante los años de adolescencia. Estos incluyen: 1) el establecimiento de una identidad. Esta ha sido una de las más importantes tareas que enfrentan los adolescentes. Durante el curso de esta vida, los adolescentes comienzan a integrar las opiniones de otras personas influyentes (por ejemplo, los padres, amigos, etc.) en sus propios afectos y desafectos. 2) establecimiento de una autonomía. Algunas personas asumen que la autonomía se refiere al hecho de tornarse completamente independientes de otros. Ellos la equiparan con la “rebelión” de los adolescentes. En lugar de dañar las relaciones, sin embargo, durante el establecimiento de una autonomía en los años de la adolescencia, lo que ocurre es que los adolescentes se hacen independientes y unas personas con auto-gobierno dentro del marco de las relaciones. La autonomía es un logro necesario si los adolescentes se hacen auto-suficientes en sociedad. 3) establecimiento de la intimidad. Muchas personas, incluyendo los adolescentes, equiparan intimidad con sexo. En efecto, intimidad y sexo no son lo mismo. La intimidad usualmente aprendida primero dentro del contexto de las amistades del mismo sexo, es luego utilizada en las relaciones de carácter romántico. La intimidad se refiere a las relaciones estrechas en las cuales las personas se tornan abiertas, son honestas, afectuosas, y confiables. Las amistades proporcionan el primer espacio en el cual los adolescentes pueden poner en practica sus destrezas sociales con aquellos considerados sus iguales. Es con los amigos que los adolescentes aprenden cómo comenzar, mantener, y terminar las relaciones, practicar destrezas sociales, y ser íntimos. 4) sentirse confortables con su sexualidad. Los años de adolescencia marcan el primer tiempo en que ellos están lo suficientemente maduros físicamente para reproducir y avanzados lo suficientemente para cognitivamente pensar en sexualidad. Cómo los adolescentes son educados acerca de la sexualidad y cómo son expuestos a la sexualidad determinará en mucho si ellos y ellas desarrollan una identidad sexual sana. Muchos expertos concuerdan que los mensajes de carácter mixto que los adolescentes reciben sobre sexualidad contribuye a problemas tales como el indeseable embarazo adolescente y a las enfermedades de transmisión sexual. En este sentido es pertinente destacar que la televisión “Venezolana” actual es el primer enemigo nacional deformante sobre esta materia, tan sensible, de la educación sobre la sexualidad y la reproducción.
Los adolescentes comienzan a emplear más tiempo con sus amigos que con sus familias. Es dentro de los grupos de amistad que los adolescentes pueden desarrollar y poner en práctica destrezas sociales. Los adolescentes son rápidos en apuntar hacia comportamientos que son aceptables o no. Es importante recordar que aunque ellos están invirtiendo cantidades de tiempo cada vez en aumento con amigos, todavía tienden a conformar los ideales de los padres cuando se trata de decisiones acerca de valores, educación, y planes de largo plazo. Los adolescentes se involucran a menudo en múltiples “hobbies” o “clubs”. En un intento de encontrar dónde pueden destacar, los adolescentes pueden ejercer variadas actividades. Los intereses de los adolescentes cambian rápidamente. Los adolescentes se pueden tornar muy “argumentativos”; pueden cuestionar los valores y los juicios de los adultos (padres, por ejemplo). Cuando ellos no consiguen sus propósitos, a menudo dicen, “Es que ustedes no entienden...” Los adolescentes comienzan a interactuar con los padres como “gente”. Aunque ellos pueden no querer ser vistos “en público” con sus padres, los adolescentes puede comenzar a ver a sus padres como “otra” gente adulta. Ellos pueden hacer muchas preguntas a cerca de cómo eran sus padres cuando él o ella eran adolescentes. Ellos pueden interactuar con los adultos más como sus iguales.
Los adolescentes pueden ser torpes debido al crecimiento en “llamaradas”, a borbotones. Si parece que el cuerpo de un adolescente es todo brazos y piernas, la percepción es correcta. Durante esta fase del desarrollo, las partes del cuerpo no crecen del todo a la misma velocidad. Esto puede conducir a que sean torpes en la medida que tratan de copar con los miembros que han crecido durante las noches. Los adolescentes pueden aparecer desgarbados y sin coordinación. Las chicas pueden ser muy sensibles acerca del peso corporal. Esta preocupación surge debido a la rápida ganancia de peso durante la pubertad. Aproximadamente, un 60% de las adolescentes refieren que han estado tratando de perder peso. Un pequeño porcentaje de las adolescentes (uno a tres por ciento), se pueden tornar tan obsesionadas con el peso que pueden desarrollar desórdenes de alimentación tal como anorexia nerviosa o bulimia. Los adolescentes pueden estar muy preocupados debido a que no se están desarrollando físicamente a la misma velocidad de sus compañeros. Los adolescentes pueden ser más desarrollados que sus amigos (maduración temprana) o menos desarrollados que sus compañeros (maduración tardía). Estar fuera del nivel de desarrollo de sus amigos es una preocupación porque todos quieren estar “en la mejor forma”.
La maduración temprana afecta de manera diferente a los varones y a las hembras. Los investigadores sugieren que los varones con maduración precoz tienden a ser más populares que sus compañeros y adquieren posiciones de mayor liderazgo entre ellos. Los adultos asumen a menudo que la maduración temprana de los chicos los hace cognitivamente mucho más maduros también. Esta presunción puede conducir a falsas expectativas a cerca de la habilidad que tiene entonces un adolescente para tomar o aumentar sus responsabilidades. Debido a su apariencia física, las adolescentes con maduración precoz con frecuencia pueden experimentar presiones para verse envueltas en “citas” con chicos mayores antes que estén emocionalmente “listas”. Las adolescentes con maduración temprana tienden a sufrir más de depresión, de desórdenes de alimentación, y de ansiedad.
Los adolescentes pueden sentirse incómodos acerca de las demostraciones de afecto hacia los padres del sexo opuesto. A medida que se desarrollan físicamente, los adolescentes comienzan a “repensar” sus interacciones con el sexo opuesto. Una adolescente que abrazaba y besaba a “papito querido del alma” cuando éste retornaba anteriormente al hogar desde su trabajo, por ejemplo, ahora se siente apenada y lo evita. Un muchacho que al acostarse ejercía el encanto de besar y darle las buenas noches a su madre en el acto de irse a la cama, ahora, adolescente, abandona en actitud embarazosa a su ser querido que se queda inmóvil y sentida. Los adolescentes pueden hacer más preguntas directas sobre sexo. En esta etapa, los adolescentes están tratando de conformar sus valores sobre sexo. Los adolescentes a menudo equivalen sexo con intimidad. En vez de explorar una relación profunda emocional primero, tienden a asumir que si ellos se involucran en el acto físico, la unión emocional seguirá después. Ellos pueden preguntar a menudo acerca de cómo abstenerse sin sentirse apenados o acerca de cómo sabrán “cuándo el tiempo ha llegado”. Ellos pueden a sí mismo plantear preguntas específicas acerca de control de embarazo y sobre protección acerca de las enfermedades de transmisión sexual.
Los adolescentes como hemos visto son un MOSAICO FLUIDO que comenzará a cristalizar a partir del comiendo de la juventud, cuando cumplan los dieciocho años. En este período de ternura adolescente los muchachos y muchachas son presa fácil de los mensajes de los medios de comunicación de masas que siembran todo un mundo de antivalores que minan su moral, su condición altruista y amante de la paz y de la justicia, su solidaridad innata, la necesaria condición de defensa de la nacionalidad, y aquellas situaciones “aprendidas” que afectan severamente su salud y su desarrollo físico y mental. Por tanto la educación de los padres, de la familia y de la comunidad y de la escuela, en concordancia, deben ser los entes claves para que el tránsito de adolescente a joven se haga con las mejores expectativas de salud y desarrollo físico y mental que garantice la construcción de un pueblo sano en el mejor sentido del concepto.
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